TUXTLA
GUTIÉRREZ, Chiapas (ESHJC-EPAJC).- Indudablemente que pese a los supuestos
intentos de combatir la impunidad y la corrupción, quienes ostentan los cargos
en alguna dependencia lo único que quieren es arremeter y atropellar los
derechos de la gente para sentirse con mucho poder, es el caso de los fiscales a
la orden de la titular en el gobierno local de la Política Fiscal, Silvia Arely Díaz Santiago, quienes fueron
denunciados por hostigar y agredir
al reportero Eleazar Domínguez
Torres, quien tomaba nota del desalojo de vendedores ambulantes
del centro de la ciudad.
En
las primeras horas de la tarde, los mencionados fiscales llegaron a la 1ª Calle
Poniente a la altura de la 6ª Sur en el centro de la capital chiapaneca, para llevar
a cabo un operativo de desalojo pero no a todos los comerciantes ambulantes,
sino seleccionando a los vendedores en un acto arbitrario porque unos si fueron
desalojados, mientras que otros ni siquiera fueron molestados.
Fue
en ese momento que se presentó el comunicador que empezó a tomar nota de los
hechos, al ser detectado por los
fiscales que vestían de civil, acompañados por policías municipales que intervenían
en el operativo, comenzaron a grabarlo y a tomarle fotos de forma intimidatoria
tratando de evitar que Domínguez Torres cumpliera con su labor informativa.
Ante
el hecho, el reportero conocido por su colaboración en varios medios
informativos impresos y electrónicos, siguió tomando nota de los hechos, lo que
provocó que uno de los individuos que le tomaba fotos huyera del lugar, apoyándose
en los uniformados que se atravesaban frente a la cámara del reportero para que
este no grabara quienes daban las órdenes del desalojo.
Es
de todo conocido que los fiscales al mando de Silvia Arely Díaz Santiago, se han caracterizado por actuar de forma violenta en contra de los
vendedores ambulantes que no son de su predilección, arremetiendo en contra de
aquellos comerciantes que no gozan de su protección, lo que evidencia un claro
favoritismo que no es gratuito, por ese motivo agrede y acosa a los reporteros
para evitar que sus actos de represión no sean conocidos por la opinión
pública.
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